La interrogación política más lúcida que se nos legó sobre la dictadura del período 1976-1983 está encerrada en los 160' de esta película, todavía sorprendente a veinte anos de su realización. La búsqueda de respuestas al interrogante sobre la desaparición de Juan Herman, el único desaparecido oficial de la ciudad de Bariloche retumba todavía en nuestras cabezas. En ese costado, el más incomodo, la película logra desarticular algo más que el aparato burocrático administrativo del encubrimiento, aquí centrado en los militares; también desarma y cuestiona el silencio civil. Consigue denunciar sin moralizar, precisamente porque se pregunta con insistencia por el lugar del cineasta-indagador, un lugar entre la exposición y la acción política. No encuentra respuestas fáciles ni generalizables. Por último, nos pregunta qué hacemos hoy, todavía como simples espectadores, como si nada hubiera sucedido (Federico Karstulovich).