Una actriz de telenovelas, lesbiana, joven y en ascenso, se muda a un departamento. El Propietario es su vecino, un oscuro y retraído personaje que graba cada uno de sus movimientos a través de cámaras escondidas. Así va creciendo una tremenda obsesión con la chica, que evoluciona en una extraña relación de la que ella no estará al tanto hasta que sea demasiado tarde. Llena de escenas sangrientas, sexo y desnudez así como también de sorprendentes actuaciones, es una película muy fuerte, que promete tensión, además de la locura propia de la historia. También nos da una mirada sobre el tema universal del abuso y de sus consecuencias, así como puede verse como una metáfora del amor posesivo, aunque tal vez en última instancia se trate de una historia de amor.